
«Honestamente no sé que hacer con Anderson Silva», comentaba Dana White en la ESPN sobre el antiguo rey dominante del peso medio, actualmente el luchador más veterano del UFC.
Silva tiene 45 años y un claro récord negativo en los últimos años con tan solo una victoria en sus cinco combates más recientes (si me voy más atrás en el tiempo saldría peor parado). Conviene decir que todavía le quedan dos peleas más por contrato que, por supuesto, tiene intención de cumplir. ¿Para agrandar su leyenda? No, más bien su cuenta bancaria.
Cuando Dana White revela su desconcierto no quiere decir que le haya pasado por la mente cortar al brasileño y liberarlo (aunque francamente nunca se sabe). Si analizamos las actuaciones de ‘Spider’ en los últimos años NO vemos a un luchador que haya sido ampliamente superado. Silva siempre se muestra peligroso y competitivo. La magia puede salir en cualquier momento. En pocas palabras, Anderson Silva no da pena dentro del octágono como BJ Penn.

Silva viene de perder y lesionarse la rodilla en su último combate ante Jared Cannonier.
Las dudas de White se centrarían en contra quién hacerle pelear. Más que meterlo otra vez en el camino de gente ascendente como Adesanya o Cannonier, lo suyo sería propiciar ‘peleones’ con interés pero sin más pretensiones. La gloria ya pasó.
Pettis se ofrecía para ser ese compañero de baile. Es evidente que no será el elegido pero por ahí van los tiros. ¿Luchador de nombre sin necesidad, ni ganas (ni posibilidades en algunos casos) de volver a correr por un cinturón?
Me vienen dos nombres a la cabeza: GSP y Yoel Romero. No podéis decir que no veríais con buenos ojos esas peleas…

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